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directora general de ifa

Esther Guilabert: «Somos realistas; el objetivo es promocionar al empresariado y a la sociedad alicantina»

La Institución Ferial Alicantina abre una nueva etapa al conseguir un resultado de negocio positivo por primera vez en diez años y después de firmar nuevos estatutos con un Patronato y un Consejo de Dirección que también se han renovado

| 25/02/2019 | 10 min, 5 seg

ALICANTE. Diez años después, la Institución Ferial Alicantina (IFA) vuelve a tener un presupuesto que arroja un saldo positivo. Tras la entrada del nuevo Comité de Dirección, cuya directora general es Esther Guilabert, y en colaboración con el Consell, se ha empezado a revertir la situación, puesto que la institución vivió una mala gestión y fue un ejemplo de los años de los excesos previos a la crisis y la fiebre por las grandes operaciones. El resultado fue un agujero de setenta millones de euros, fruto del proyecto de IFA Arena y de la compra de parcelas que a día de hoy siguen sin urbanizar. Con todo, y tras casi tres años de nueva gestión, la situación empieza a enderezarse: la Generalitat ha asumido la deuda, las cuentas vuelven a estar saneadas, hay un mayor control de órganos y administración pública y se han cambiado los estatutos para reducir el tamaño de un Patronato que estaba sobre dimensionado con la presencia de instituciones y entidades financieras que estaban fuera de la provincia, y con mucho peso del calzado, ya que la feria nació muy ligada al sector. También había presencia de patronales extintas como Coepa, por lo que era necesaria una renovación estatutaria que ha sido simplemente ajustada a la realidad y a las necesidades.

— ¿En qué estado encuentra IFA cuando entras como directora general en 2016?
— Nos encontramos con una situación muy complicada, con un Pabellón 1 que tenía una cubierta en muy mal estado y que prácticamente no permitía la posibilidad de hacer eventos, cuando IFA para mantener el calendario actual necesita los dos pabellones a pleno rendimiento por tiempos de montaje y número de ferias —ya estamos en torno a las 23-24—. Necesitábamos esa cubierta y cubrir otras características técnicas del mismo. Tuvimos que decidir si lo cerrábamos o no. Luego nos encontramos con un juicio abierto del arquitecto que había desarrollado el proyecto de ampliación del IFA Arena, José María Tomás. Entramos en mayo y el juicio, millonario, era en septiembre. Y nos encontramos más dificultades, porque también a nivel laboral había una situación muy complicada, pues el personal venía de sucesivos eres y numerosos despidos, por lo cual el clima interno también era complicado. A nivel de actividad, digamos que era susceptible de mejora.

— ¿Cómo se gesta la solución conjunta con el Consell para tapar ese agujero de setenta millones?

— Cuando entró también el nuevo Gobierno de la Generalitat Valenciana, pusieron el tema encima de la mesa: «continuamos o cerramos el recinto y pasamos página», pero lo cierto es que siempre han tenido claro que el recinto cumplía un objetivo para el tejido empresarial, de dinamización de la economía de la provincia, y por otro lado, que por cerrar el recinto el problema no desaparecía. Había una deuda financiera de setenta millones que aun cerrando las instalaciones seguiría existiendo, por lo que optaron por solucionar el problema y continuar con la actividad. Además que la actividad no es la que ha generado ese problema, este viene por empezar por un proyecto de ampliación que nunca acabó. A principios de 2018 se aprobó el decreto por el que la Generalitat asumió la deuda financiera.

— Un decreto que se ha firmado ya.

— El decreto se aprueba sobre marzo o abril de 2018, que es lo que ha permitido que ahora nosotros al presentar presupuestos de 2019 ya no tengamos en nuestras cuentas esa deuda financiera.

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— ¿Qué ha cambiado desde su entrada como directora general? Sobre los problemas mencionados, ¿qué se ha mejorado?

— Hemos optado por una forma de trabajar mucho más transparente, hemos hecho que el Patronato, pero sobre todo el Comité de Dirección —el órgano de gobierno—, que al final es un grupo de empresariado, salvo la vocalía de la Dirección General de Comercio, sea el que tome las decisiones en consenso, logrando ser mucho más transparentes y sacando todos los problemas a la luz para buscar soluciones. La anterior etapa fue un poco oscura, de guardar los problemas en el cajón, y nosotros hemos hecho lo contrario. La Generalitat también ha invertido para solucionar el tejado del Pabellón 1, y en cuanto a actividad, nos hemos abierto mucho a trabajar con todas las administraciones y con la empresa privada, que es lo que tenemos que hacer. Tenemos dos ferias importantísimas que trabajamos con la Diputación, como Alicante Gastronómica y Medsea, de actividades acuáticas. Serán dos de los proyectos más importantes junto al Patronato Costa Blanca. Hemos ahondado también en solucionar el problema con el Ayuntamiento de Elche por la deuda del IBI y el IAE, ya tenemos un acuerdo para pagar la deuda y hemos pactado una bonificación que hemos pedido ya para 2019 para ir poniéndonos al día. 

— ¿Está calendarizado el pago de deuda con Elche?

— Esos 750.000 euros se irán pagando hasta 2022, anualmente durante estos cuatro años, aunque el grueso del pago será al final de este periodo. Iremos pagando el IBI de cada ejercicio como parte de la deuda, ganando algo de tiempo para darle salida a los terrenos adyacentes, proyectos de ampliación, para que se pueda terminar esa urbanización y darle más valor a IFA.

— Sobre las administraciones, ¿antes no había tanto contacto con ellas y el empresariado? 

— Alicante Gastronómica y Medsea son dos proyectos que nacen con nosotros y creo que la cercanía con la Generalitat de ahora no la había antes, y el tema del Consistorio estaba en carne viva, no había nada solucionado. Uno de los grandes problemas fue el del embargo por la deuda con Suma cuando entramos nosotros; un embargo de 400.000 euros a las puertas del verano, momento de menor liquidez de la institución.

— Lleva tiempo en la casa, ¿cómo ha afectado la deuda a la gestión de IFA estos años?

— Somos una institución que tenemos que vivir muy abierta tanto a la sociedad civil como a la empresarial, y transmitía una imagen poco clara del recinto y poco positiva. Nosotros vivimos de nuestras instalaciones, de que la gente confíe en nosotros para desarrollar sus negocios. Esa deuda financiera lastraba mucho la imagen de la institución y desde luego también nuestra forma de operar. Las cuentas reflejaban esa difícil situación y ha hecho bastante daño al normal funcionamiento de IFA.

«El objetivo es equilibrar las cuentas. IFA no está para ganar dinero, sino para dinamizar la economía de la provincia sin que le cueste nada a nadie»

— Ahora que empieza una nueva etapa con cuentas saneadas, ¿qué objetivos de futuro tiene IFA desde el Comité de Dirección?

— Yo creo que tenemos que afrontar esta etapa de forma muy realista y pragmática, no hacer castillos en el aire y perseguir el objetivo de esta casa, que no es otro que el de ayudar, promocionar y dinamizar al empresariado y a la sociedad de esta provincia. Ahí tenemos que fijarnos, mejorar lo que tenemos y seguir ampliando actividad de todo tipo, profesional, de ocio y seguir ofreciendo los servicios de esta institución a todo el mundo. Siempre ha debido ser nuestra razón de ser.

— Es el primer ejercicio que tenéis presupuestado beneficio en diez años, ¿cuándo esperáis tener un beneficio acorde a lo que debería tener IFA?

— Para 2019 hemos presentado un beneficio neto de 11.000 euros, no se debe ni considerar beneficio. Se deben considerar lo que son, unas cuentas equilibradas. IFA no está para ganar dinero; el objetivo no es tener beneficio, sino dinamizar la economía de la provincia y que no le cueste nada a nadie. Nuestro objetivo debe ser equilibrar las cuentas, aunque obviamente nuestro funcionamiento estructural tiene muchos gastos. El día que mejore, que debe mejorar, redundará en mejorar nuestras instalaciones y servicios. 

— Hemos mejorado los datos y la actividad de este año, sobre todo hemos mejorado con eventos privados de todo tipo. El Spring Festival, el año pasado la convención de tatuajes, congresos… Intentamos captar el interés de operadores privados para que hagan aquí sus eventos.

— Sobre los problemas que arrastraba IFA, ¿uno de ellos tenía que ver con el sobredimensionamiento del Patronato?

— Nunca ha sido un problema para la institución, pero en esta época de cambios de ajustarnos a la realidad, tocaba este cambio en los estatutos, porque aunque han sufrido varias modificaciones, nunca se ha abordado un cambio sustancial. No tenía sentido que estuvieran las entidades bancarias; ha habido algunos ajustes con FICE o Inescop porque la feria nació muy vinculada al calzado (y tenemos un evento tan importante como el de AEC y Futurmoda), pero ya no existe esa vinculación de esa manera como para que estén en el Patronato, o COEPA, que ha desaparecido. Era un ajuste necesario, muy técnico y realista.

— Otro punto pendiente es la urbanización que queda, ¿qué puede suponer para IFA?

— Muchísimo. No tiene ningún sentido que una urbanización tan avanzada, al 70-80% en un enclave como el que estamos, no se finalice. Al lado del aeropuerto, el Parque Empresarial, la EUIPO, entre Elche y Alicante. La ubicación es muy importante para que busquemos entre todos una solución porque son terrenos estratégicos. Cualquier actividad que genere tráfico de negocio, colindando con el recinto, siempre vendrá bien, pero no solo al recinto, sino a la zona.

— Futurmoda siempre se queda pequeña y siempre mencionan la posibilidad de ocupar el Pabellón 2, ¿en qué momento llegará?

— Llevamos un año y dos ediciones valorando esa opción, que siempre la tienen. Cuando la feria dé el salto importante será posible. No merece la pena abrir el pabellón para una superficie muy pequeña. Se está haciendo un ejercicio de contención, de seguir acogiéndolo todo en el mismo pabellón, pero en el momento en que la demanda dé un salto, estoy segura de que es perfectamente factible y así se lo hemos trasladado a AEC y estoy segura de que así lo entienden. 

— ¿Qué otros eventos os gustaría que se celebrasen aquí de gran envergadura?

— Hay una eterna línea a la que siempre estamos abiertos: hacer aquí un evento del calzado, ya no de componentes, sino de calzado. Estamos muy expectantes, parece que hay interés en impulsarlo, pero es verdad que ya existen otros eventos y tenemos que hacer las cosas bien. Al final las administraciones o IFA pueden poner el trabajo y el sitio, pero es el tejido empresarial el que lo tiene que demandar. Nos consta que hay conversaciones, hemos tenido algún encuentro y hay ganas, pero seguimos trabajando en ello. Espero que algún día podamos traerlo. Y luego hay una línea que nos gustaría seguir trabajando, como el Spring Festival. En verano todos los recintos feriales tienen un parón importante y estos eventos más de ocio, en este caso musicales, nos vienen bien para complementar nuestra línea de trabajo. 

* Este artículo se publicó originalmente en el número 23 de la revista Plaza

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