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vals para hormigas / OPINIÓN

El calor dilata las horas

16/06/2021 - 

No están los tiempos como para dejar pasar la poesía. Vivimos una prosa de Bukowski, sucia, ebria y pegajosa de calor, sin más salida que abrir las ventanas de par en par para que pase la corriente o bajar las persianas para que no entre el sol. Los ventiladores no son la solución porque las eléctricas nos han cortado hasta el piloto del microondas. Vivimos rodeados de sugerencias y protocolos y demostramos que solo sabemos obedecer órdenes estrictas y bajo pena de castigo, como los niños que juegan a ser mayores. Juega Ayuso cuando de la baraja de la Constitución saca por error el rey de picas. Juega Pedro Sánchez cuando confunde una reunión en la cumbre con un encuentro de pasillo con Biden. Jugamos todos cuando nos bajamos las mascarillas en interiores para hablar por el móvil. Pero hasta Bukowski despide fogonazos en sus poemas. Así que cuando mi mujer me pregunta por whatsapp si las horas se dilatan con el calor, uno no puede más que aprovechar la lírica para titular una columna. Porque el mayor encanto de la poesía es que no tiene nada que ver con la realidad.

También es efímera como la esencia de un perfume, así que hasta aquí hemos llegado. Anda más de media Comunidad Valenciana, la turística, como el pirata de Espronceda, contando las presas que han hecho/a despecho del inglés. El resto se reparte entre la solidez de una agricultura exportadora a la que se debería prestar mucha más atención, la inventiva de una industria que sabe adaptarse a la coyuntura y transformar zapatos en tejidos antivíricos y la política. Sigamos con Espronceda. El Botànic navega con Asia a un lado y al otro Europa. La situación no exige más que mantener el barco a flote hasta que vuelva a soplar de popa el viento de la economía. Y mientras, el PP ha puesto a faenar a Mazón, allá a su frente el Estambul de alcanzar algún día el gobierno de la Generalitat. El resto de contendientes, o ya no existen o no son poesía. Y ya hemos dicho que no está la cosa como para desaprovechar los fogonazos de Bukowski.

Pese a que como analista político no soy más que un peatón despistado y con gafas, me da que la toma de posiciones del futuro líder popular autonómico es lo más destacable de la actualidad, porque del centenario de Berlanga ya hablé en su momento y, sin duda, volveré a hablar. Leo las entrevistas y declaraciones  de Mazón y deduzco que sabe que el único estribillo que va a cantar esta legislatura es el de La vida sigue igual. Al Consell le van a quedar dos años para que brote una recuperación que ni siquiera le hará falta plantar o regar. Si no adelanta las elecciones, que ya digo que soy un peatón con gafas. En cambio, a Mazón sí le va a hacer falta arremangarse para pescar en otros caladeros. No lo tiene fácil, porque quiere atrapar desencantados socialistas criados en vivero y el marisco de roca de la ultraderecha. Y en esa tesitura, con la defensa del agua, de la lengua, de la bajada de impuestos y de la religión, como él mismo ha enumerado, no le va a bastar. Y con descoserse la sombra de Zaplana como un Peter Pan que ha decidido crecer, tampoco. Habrá que ver cómo se desenvuelve el cantante melódico cargando altavoces y cables en la furgoneta de su partido como un pipa de conciertos, que es lo que le toca. Estaré atento. Que si las horas se dilatan con el calor. Qué barbaridad, mi mujer escribe como César Vallejo y ni se da cuenta.

@Faroimpostor

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